Marta Brunet nació en Chillán el 9 de agosto de 1897. Su niñez transcurrió en el campo, ambiente que más tarde reflejó en su obra. Sus estudios los realizó en Victoria y en Chillán con profesores particulares. Escritora, periodista y diplomática. Premio Nacional de Literatura año 1961.
A los catorce años dejó el campo para viajar a Europa y comenzó a interesarse por autores como Proust y Ortega. Regresó a Chile en 1919 y se radicó en Chillán junto a su familia, publicando durante ese tiempo sus versos y primeros cuentos en el diario chillanejo La Discusión. En 1925 se radicó en Santiago donde comenzó a editar sus creaciones en el diario La Nación. También hizo llegar sus escritos al diario El Sur de Concepción y a la revista Caras y Caretas de Buenos Aires.
Entre sus obras más importantes se encuentran: Montaña adentro (1923), Don Florisondo (1926), Bestia dañina (1926); María Rosa, flor del Quillén (1927), Reloj de sol (1930), La hermanita hormiga (1931), Cuentos para Marisol (1938), Aguas Abajo (1943), Humo hacia el sur (1946), La Mampara (1946), Raíz del sueño (1949), María Nadie (1957), Aleluyas para los más chiquitos (1960), Amasijo (1962), Soledad de la sangre y otros cuentos (1967).
Marta Brunet fue galardonada en diferentes ocasiones a lo largo de su vida: En 1929 obtuvo el primer premio en el concurso de cuentos organizado por el diario El Mercurio, en 1933 recibió el premio en categoría novela otorgado por la Sociedad de Escritores de Chile, en 1943 el premio Atenea conferido por la Universidad de Concepción por su obra Aguas Abajo, en 1946 se hizo acreedora del premio al “mejor libro del mes” otorgado por el Pen Club de Chile y el Club del Libro de Buenos Aires, por su novela Humo hacia el sur. Finalmente en 1961 fue laureada con el Premio Nacional de Literatura, convirtiéndose en la segunda mujer chilena en obtener este galardón luego de Gabriela Mistral. En junio de 1962 fue declarada Hija Ilustre de Chillán.
Respecto del trabajo periodístico desarrollado por la escritora, es importante consignar que colaboró en el diario La Nación y en la revista Sur, ambos de Buenos Aires y en el diario La Hora de Santiago. Además a partir de 1934 se desempeñó como redactora en la revista Familia, editada por Zig-Zag, pasando posteriormente a ocupar el cargo de directora de la misma.
En 1939 dejó la dirección de la revista Familia y el país, para iniciar su carrera diplomática como cónsul honorario de La Plata, designación que recibió del gobierno de Pedro Aguirre Cerda. En 1943 el gobierno de Juan Antonio Ríos, la designó cónsul de profesión adscrito al consulado general de Chile en Buenos Aires, labor que desempeñó hasta 1952. En octubre de 1963 fue nombrada agregada cultural de la embajada de Chile en Brasil y en diciembre del mismo año lo fue de la embajada de Chile en Uruguay. Asimismo fue incorporada como miembro de honor de la Academia de la Lengua Uruguaya. Murió el 27 de octubre de 1967 en Uruguay.