Benito Riquelme G. (1904-1989)
cronista y archivero de Talca
Benito Riquelme González, historiador, cronista y bombero, fundador del Museo Bomberil de Talca (1958), el más antiguo del país, fue el responsable de compilar un archivo de más de 15 mil materias con la historia de Talca, Chile y el mundo.
Su trabajo comienza en la década de 1930 y se extiende hasta su muere en 1989 y constituye un acervo documental único para interpretar la historia de Talca en el siglo XX.
El proyecto “Organización, conservación y difusión del Fondo Benito Riquelme, primera etapa” fue adjudicado en 2025 al Centro de Documentación Patrimonial de la Universidad de Talca financiado por la XXV convocatoria de ayudas a proyectos archivísticos, ADAI, dependiente del Gobierno de España.
El objetivo del proyecto fue organizar el archivo y disponerlo en unidades de conservación para su difusión a través de un inventario documental que permita dar cuenta de su valioso contenido.
La primera etapa contempló restablecer el orden original de los documentos y organización del archivo mediante procesos de clasificación, ordenación y foliación, conservación, fabricación y almacenamiento en unidades de conservación libres de ácido.
Adicionalmente, consideró la elaboración de un inventario documental para su consulta física y digital por investigadores, estudiantes y público en general.
La inquietud de Benito Riquelme por la vida comunitaria, el desarrollo cultural y la historia local, lo llevó a formar el archivo de información más importante de la región del Maule, construyendo un núcleo archivístico que se divide en recortes de prensa, documentos, fotografías, libros y correspondencia. Todos los documentos clasificados dieron como resultado la creación de 2 mil 662 carpetas temáticas en las que se agrupó el material recabado a lo largo de su vida como cronista, bombero, actor, dramaturgo y archivero.
Actualmente este legado documental de inmenso valor patrimonial se encuentra en la Universidad de Talca, específicamente en su Centro de Documentación Patrimonial bajo condiciones apropiadas para su resguardo, conservación, investigación y difusión.
Datos biográficos
Benito Riquelme González nació en Talca el 26 de junio de 1904 y falleció el 28 de septiembre de 1989. Ingresó al Liceo de Hombres de la ciudad en 1914, para luego estudiar la carrera de Derecho en 1924, la que abandonó al cabo de 4 años.
Devuelta en Talca, Riquelme dio cuenta de su interés por el arte, la pintura, la fotografía y la historia siendo una de sus facetas más reconocidas la de cronista de prensa de la que surgió una serie titulada “Crónicas del Liceo”, “Crónicas de la Frontera” y su columna “Balcón”.
Sin embargo, las más trascendentes fueron sus “Crónicas Talquinas” escritas desde inicios de la década del treinta hasta 1989 y publicadas, en su mayoría, durante las por el diario “La Mañana” (1906-1992), el periódico talquino de mayor impacto en el siglo XX. Utilizó en sus primeros escritos el seudónimo de Enrique Gómez Ballz, y otros como “Berregue”, “Panguilemo” y “Caupolicán”. Su seudónimo más reconocido fue el de Rigon Benoit (Ri= Riquelme, Gon= González, Benoit =Benito). Con este último Riquelme retrató agudamente la ciudad de Talca, en particular el ambiente aristocrático, la vida en el campo, las diferentes organizaciones sociales y la vida de barrio, “además de las festividades religiosas entre muchos otros temas”.
Según Pedro Zamorano en sus “Crónicas talquinas de Rigón Benoit”, los escritos seguían la técnica periodística de la crónica urbana para llegar a un público amplio. Producía un relato cotidiano dividido en tres grandes tópicos: la historia de Talca, la historia de la ciudad y su relación con hechos de interés nacional y temas contingentes, siendo en estos últimos donde Rigon Benoit expresaba su posición más personal.
Riquelme, mediante las Crónicas Talquinas, escribe Zamorano, “intentaba generar un espíritu crítico en los habitantes de la capital maulina, mostrándose como un férreo opositor a la ostentación social, al aire altanero y a la ignorancia vestida de elegancia que, según él, era propio de algunos talquinos”.
Riquelme también reconocía en los talquinos a muchos intelectuales y hombres públicos destacables siendo conocida su admiración por el Abate Juan Ignacio Molina, el Obispo José Ignacio Cienfuegos, Francisco Hederra Concha, Agustín Abarca, Aníbal Jara, Florencia Umaña, Stella Corvalán, los hermanos Rojas Labarca, Jerónimo Lagos Lisboa, Mario Brack, Domingo Melfi, entre otros.
Durante su vida se comprometió tempranamente con el servicio público y el avance cultural de la ciudad, siendo dueño “de profundos sentimientos e inquietudes comunitarias”, lo cual motivó su ingreso al cuerpo de bomberos de Talca, llegando a formar parte de su directiva. Una iniciativa reconocida de su paso por los bomberos fue la fundación del Museo Bomberil de Talca (1958), el más antiguo de Chile en su tipo y al que en muchas ocasiones denominó como “templo” más que museo por ser una “lección objetiva del pasado”.