El Obispo de Talca Manuel Larraín Errázuriz falleció en un accidente automovilístico ocurrido en el kilómetro 108 de la carretera 5 sur, el 22 de junio de 1966. Su muerte impactó a la comunidad nacional porque ya se perfilaba como una de las principales figuras de la Iglesia Latinoamericana del siglo XX. Aunque era temeroso de los viajes y de los aviones, siempre estuvo disponible donde fuese requerida su presencia. Fue así que al regresar de Ecuador encontró la muerte, muy cerca de su querida Diócesis. Larraín venía de participar en la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM) de la que era su presidente al momento de la tragedia.
La provincia de Talca se vuelca a las calles a despedir a su obispo, el llanto y el dolor es evidente en el rostro de las personas, más de 30 mil personas asisten a sus funerales a despedir a quién fuera su obispo durante 28 años.
El presidente de la República, Eduardo Frei Montalva, llega a la ciudad de Talca, junto a la totalidad de sus ministros. Entre las autoridades de Talca presente se encuentra el intendente de Talca, alcaldes de la zona, senadores y diputados. Se hacen presente empresarios, educadores, representantes de comunidades rurales en su último adiós a un obispo que deja imborrables huellas en Provincia de Talca, a nivel nacional e internacional.
Preside las honras fúnebres el cardenal Raul Silva Henríquez junto a todos los obispos chilenos. El cuerpo de Manuel Larraín es embalsamado y enterrado en la cripta de los obispos en la catedral de Talca, la misma que él participó en el diseñó su reconstrucción.
Manuel Larraín hombre de espíritu inquieto y creador, nace en el seno de una distinguida familia conservadora y de tradición católica el 17 de diciembre de 1900 en Santiago. Realiza sus estudios de Humanidades en el Colegio San Ignacio. Se titula de abogado en la Escuela de Derecho de la Universidad Católica e inicia su camino sacerdotal en el Seminario Mayor de Santiago, terminando sus estudios eclesiásticos en la Universidad de Gregoriana de Roma.
De regreso al país fue nombrado profesor del Seminario Conciliar y Vice-Rector de la Universidad Católica. Entre otros cargos, Asesor General de Acción Católica, trabaja junto al padre Hurtado con quien fue compañero en el seminario y amigo personal. Colabora para las revistas Estudio, Mensaje y Estudiantes Católicos.
Manuel Larraín es consagrado Obispo por el entonces Obispo de Talca Carlos Silva Cotapos el 7 de mayo de 1938, luego de la renuncia por edad del Obispo Silva Cotapos, asume como obispo de la Diócesis de Talca el 21 de enero de 1939, cargo que ejerció hasta su muerte.
La fuerza del terremoto de 1928 derribó la majestuosa y antigua catedral de Talca, una de sus primeras gestiones que Monseñor Larraín realiza cuando asume el arzobispado de la ciudad, fue reedificar la catedral en un estilo romántico moderno.
Con la herencia que recibió de sus padres Monseñor Larraín construyó la Casa de Ejercicios Espirituales Regina Pacis, ubicada junto a la catedral. Su gran capacidad de acción social lo llevó a la creación de numerosos establecimientos educacionales, parroquias, capillas, centros sociales, complementando su labor eclesiástica y pastoral.
Con su palabra cautiva a quien lo escucha, la iglesia era su razón de vida, a ricos y pobres les hablaba con franqueza y cordialidad, calificado como un hombre sencillo, carismático y austero. En la diócesis de Talca se recuerda al obispo que ha contribuido en gran medida al progreso y el bienestar general de la ciudad. Sus obras dejan huellas en la ciudadanía, su mayor debilidad son los más necesitados, los niños y los hombres humildes del campo o la ciudad.
El obispo realizó alrededor de quinientas publicaciones entre prólogos, libros, cartas episcopales, folletos, artículos con diversos temas de carácter eclesiástico y acción social, dejando plasmado su pensamiento y obra en una rica literatura.
Manuel Larraín vivió en una época de cambios políticos y sociales de los cuales no se conformó en ser un espectador sino también fue protagonista. En la década de los años 60 se iniciaba el proceso de Reforma Agraria. Manuel Larraín un hombre de convicciones, gran entusiasta y defensor de la reforma, propicio la entrega del fundo Los Silos, propiedad del Arzobispado de Talca a los campesinos que trabajaban la tierra.
Con este acto remeció la estructura social de profundas raíces agrícolas, cuestionó y desafío a la iglesia misma, al ser la institución que se involucra en el régimen agrario. Manuel Larraín apodado como el obispo de lo social con su frase “El cristiano es social o no es cristiano”, deja huella de su legado espiritual, en la región y el país.